La ermita de San Miguel está situada entre los barrancos de la Muela y del Mortero, donde surge un manantial natural en forma de balsa.
Se trata de una construcción del siglo XVII, en mampostería revocada. Consta de una sola nave de cinco tramos cubierta con bóveda de cañón apuntado sobre cuatro arcos fajones.
Tiene un pórtico y una nave que fueron reformadas en el siglo XVII (la cubierta anterior pudo ser de madera, pero fue reformada en el siglo XVII y en 1896).
Desde el exterior, es muy sencilla y carece de vanos. La puerta de acceso es un arco de medio punto y el tejado, a doble vertiente. (La última reforma se realizó en el año 2011)