Alacón es un pueblo de Aragón (España), provincia de Teruel, de la comarca de Andorra – Sierra de Arcos. Está situado en la vertiente del río Martín a una altitud de 702 metros. Su término municipal es limítrofe con los de Ariño, Oliete y Muniesa (Cuencas Mineras).
Alacón fue conquistada alrededor del 1246 por Alfonso II y después se convirtió en un punto importante de la frontera, dependiendo de los Galindo Sanz, señores de Belchite.
En tiempos de Labaña pertenecía a los Bardají, siendo su titular Juan de Torrellas.
Desde la Edad Media, Alacón fue un señorío independiente vinculado a los comendadores de la Orden de Santiago de Montalbán. En 1499 fueron reemplazados por la familia Bardají hasta la abolición definitiva del régimen señorial en 1837.
El casco histórico conserva el trazado medieval de calles paralelas y concéntricas en torno al barrio del castillo en la cima de la loma. Junto a un lienzo de la vieja muralla se localiza el antiguo horno de pan, actual Asociación de Mujeres «La Torre Vieja».
A traves de la única puerta conservada del antiguo recinto amurallado se accede a la plaza del Ayuntamiento, en cuyo edificio se ha instalado el Centro de Interpretación de Paleontología Francisco Andreu Burillo, donde se expone la riqueza paleontológica del Parque Cultural del Río Martín.
También en el casco urbano se halla un antiguo molino de aceite actualmente convertido en museo.
Además del Vino de Alacón, el cultivo del azafrán ha sido una actividad tradicional, pero actualmente son más relevantes las explotaciones agricolas y ganaderas que es la principal fuente de riqueza, aunque tambien cuenta con yacimientos de granito y mármol donde se obtiene la Piedra Natural de Alacón.
Alacón es conocido por las magníficas pinturas rupestres levantinas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y descubiertas en este paraje.
Fiestas de Alacón
Esta fiesta, muy arraigada, todavía se celebra. El día comienza con una misa y con un volteo de campanas. Las mujeres suben al campanario de la iglesia y voltean las campanas en honor a su patrona. Hace una década más o menos, que se empezó a celebrar una comida, solo de mujeres pero la fiesta llega con la cena. A la hora de cenar las mujeres invitan a los hombres y los obsequian con dulces preparados para la ocasión.
Siempre, antes y ahora, se homenajea al Santo Patrón con una misa y procesión. A veces la misa es baturra.
Tanto en San Roque como en San Miguel es costumbre iniciar el día de la festividad con el canto de la Aurora.
La fiesta de los quintos se celebró por última vez en el año 1986; los años siguientes, el número de chicos fue disminuyendo y dejó de celebrarse. Quizá si se hubieran sumado las chicas, la posibilidad de seguir festejando la mayoría de edad, hubiera durado algún año más.